En los juegos de encastre se pone en funcionamiento la apreciación del espacio y las formas. El bebé reconoce formas, características, colores y ejercitando la coordinación y la manipulación, logra colocar las piezas en su lugar correcto.
Los juegos de encastre tienen grandes beneficios para los niños: estimulan la psicomotricidad, desarrollan el reconocimiento y la diferenciación de formas, colores, tamaños, objetos, letras, números y estimulan el desarrollo de la atención, la observación, la solución de problemas, la creatividad y la paciencia.